viernes, 25 de enero de 2008

Gardel...también ataja


Nacho se desplomó pensativo sobre el sillón más cercano a la televisión. Quiso encenderla pero no vio el control remoto.

-¡Basta de esfuerzos por hoy!- se dijo.

Al fin y al cabo, el día había sido exigente con él.
Los párpados comenzaban a pesarle y las manos, cansadas de atrapar pelotas de gol, sólo llegaron a acariciar la copa de campeón. Antes de entregarse al sueño profundo, le pareció escuchar nuevamente el grito que lo había conmocionado después de su mejor atajada:

-¡Sos Gardel, pibe! Gardel...
Para Nacho, Gardel era el cantor de los discos de su abuelo y a quien conocía por fotos y hasta por un video que habían pasado en el colegio, quien sabe por que motivo. Cuando cerró los ojitos, los últimos Gardel...Gardel...Gardel...sonaron en su cabeza como un eco lejano que fue desapareciendo dulce y lentamente como un arruyo materno.
De pronto se encendieron las luces del estadio. En el centro de la cancha estaba Carlos Gardel.
Sentado en una silla, vestido de gala luciendo su "sonrisa invicta". Miles de personas lo vivaban.
Nacho estaba en la platea baja, no se sentía un extraño. Había caras conocidas y amigas. Todos se saludaban calurosamente en el medio de una lluvia de papelitos, mientras la tribuna popular palpitaba en "avalanchas de ternura"...

-¿Dónde estoy?- se preguntó.

Fue entonces cuando un hombre de extraña vestimenta respondió:

-Hijo...,estás en una reunión importantísima, invitado por quien te dijo:"¡Sos Gardel!". Estás en la "Asamblea Nacional de Corazones", donde nos ponemos de acuerdo todos los argentinos. Y yo, vengo a darte la bienvenida... e inmediatamente arrojó un puñado de papelitos celestes y blancos sobre la cabeza del gurrumín. Nacho quedó asombrado y timidamente preguntó...

-Gracias, ¿y vos quién sos?

-Soy el Secretario de esta Asamblea, un compatriota como vos, un indio machi que alguna vez le dijeron...

Nacho lo interrumpió... -¿un qué... decís?

-Soy un machi, un médico hechicero y consejero de las tribus araucanas que...

-¿y vos también atajabas?

-No, mi mérito fue otro. Te cuento que aquí estamos quienes nos destacamos como vos.



El estadio bullía cuando Nacho preguntó: -¿Cómo es eso?

-Amigo, "todos somos Gardel en algo o para alguien", cuando superamos las expectativas o sorprendemos dando un alegrón de aquellos...

-Claro, Gardel fue un gran cantante...

-Si, Gardel fue un gran cantor. Pero hizo también un culto de la amistad y porque fue un amigazo, es un ejemplo. Y también fue un perseverante trabajador y un creador. Un creador, que se atrevió a forjar nuevos caminos en el Tango, es decir en nuestra cultura. Y por todo el cariño que le tenemos los argentinos, hemos querido que sea él, quien vigile, guarde y vele nuestros sueños, logros e ilusiones más preciados...

-Ahora voy entendiendo- dijo Nacho muy atento

-Y desde los tiempos de nuestra emancipación -continuó el machi- se dijo, que lo aprobado por hombres y mujeres y por un consentimiento unánime, es virtuoso. Y en esta "Asamblea Nacional de Corazones" decidimos de común acuerdo que en su honor, el apellido Gardel sea también un adjetivo calificativo que define al Mejor. Gardel es el gran elogio argentino que testimonia el mérito...

En ese momento sintió el estadio explotar de alegría mientras una voz estridente gritaba ¡Goooool!.

Nacho salió por el vértice del sueño. Cuando abrió los ojos supo que la voz estridente era del relator de la radio de la pieza del hermano. Pronto descubrió que al lado suyo había un vaso con jugo, un pebete, el control de la tele y hasta una nota que cuidadosamente escrita, decía:

"Te amo, hijo".

Nacho hizo un gesto inconfundible de alegría y con su mano levantada y con todas las fuerzas que podían darle sus pulmones grito aquello de... -¡¡Sos Gardel, papáaa!! .




Daniel Yarmolinski